Las IP (Internet Protocol) o protocolo de internet, es la dirección que nos permite el acceso a la red y a la vez identificar todos los equipos que se conectan. Estas se caracterizan por un código de cuatro números que oscilan entre 0 y 255 y se separan por números.
La IP 192.168.l.l pertenece a la IPv4 (Internet Protocol version 4), una versión del protocolo que se creó con espacio para 4.3 millones de direcciones pero que se quedó sin espacio debido al boom de dispositivos conectados a internet, por lo que se hizo necesario el desarrollo de otra IP, la IPv6, con capacidad ilimitada y 128 bites, a diferencia de la versión 4 que tiene 32.
Al no tener que quedarnos conectados a ningún aparato por cable, las conexiones Wifi nos proporcionan una gran libertad y no paran de proliferar. De ahí, que la importancia de las direcciones IP haya aumentado de forma considerable.
Podemos encontrar el anuncio de “zona Wifi” es una inmensidad de lugares. No obstante, nuestro conocimiento sobre su funcionamiento y posibilidades todavía es bastante escaso. La IP 192.168.l.l es una de las más usadas por los fabricantes de routers.
Dado su uso, cada vez más extendido y el hecho de que prácticamente todo el mundo tiene una conexión WiFi dentro de casa y en el trabajo merece la pena adquirir cierto dominio acerca de cómo se configura y cómo funciona una red privada con el fin de alcanzar cierta autonomía a la hora de realizar ajustes y sacarle el mayor provecho, puesto que esta falta de conocimiento nos lleva en muchos casos a no utilizar todas las mejoras disponibles.
Aprendiendo cómo funciona la IP 192.168.l.l
En primer lugar, debemos saber cuál es nuestra IP. La forma más rápida es abrir nuestro navegador web y escribirla en ella. La más común es 192.168.1.1 o 192.168.l.l, aunque también hay otras de uso muy común como la 192.168.o.1 o la 192.168.2.1. También podemos encontrarla escrita en la parte inferior del módem o buscando en internet.
Sea cual sea, lo sabremos si al escribirla en el navegador nos lleva hasta un menú en el que nos pedirán un nombre de usuario y una clave.
Si es la primera vez que accedemos al nombre de usuario y la clave serán los que vienen establecidos por defecto. Cambiarlos es uno de los primeros pasos que deberíamos seguir para crear una red más segura.
Una vez accedamos tenemos un menú con todas las opciones configurables. Cada compañía tiene un menú un tanto diferente, pero una vez nos familiaricemos con ellos no nos será nada difícil hacer los ajustes necesarios.
Dentro del menú veremos los distintos apartados configurables: LAN, WAN, Firmware, Seguridad…
Así pues, ya sabemos que la IP 192.168.l.l y afines son tanto un identificador como la forma de entrar a la parte configurable de nuestra red privada.

Qué se puede hacer con la IP 192.168.l.l
Cuando encontramos una conexión que comienza por 192, estamos ante una IP usada dentro de una red local, o de rango privado. De ahí, que podamos encontrar con tanta frecuencia la dirección 192.168.l.l.
Para comenzar a trabajar con nuestra IP, lo primero que debemos hacer es escribirla en el navegador web y ello nos dará acceso al menú de configuración.
Si no funciona podemos intentarlo con 192.168.0.1, que también es de uso muy común. Después entraremos en la página para hacer login, donde tendremos que escribir nuestro nombre de usuario y contraseña.
Una vez dentro encontraremos un panel desde el que cambiar una infinidad de funciones: DNS, proxy, LAN, WAN, opciones de seguridad WLAN, entre otras.
Una de las principales causas que nos obligan a tener que acceder a nuestra configuración es la seguridad. Es frecuente sentir cierta ralentización en la red, incluso una breve desconexión.
Ello puede deberse a que alguien se ha colado en nuestra red sin nuestro permiso y se está aprovechando de ella produciendo esa sobrecarga en la red además de haber hecho algo que es ilegal.
Del mismo modo los puertos de enlace también son de vital importancia puesto que determinan la información de entrada/salida en la red. Lo ideal es mantenerlos cerrados siempre que sea posible.
Con un buen dominio de la configuración de la red, también podemos saber si existe algún intruso.
Conceptos importantes sobre seguridad
Es común percibir nuestra red sobrecargada sin causa aparente. En caso de que esto ocurre, muy probablemente alguien se está aprovechando de nuestra Wifi.
Lo mejor que podemos hacer para librarnos de esos intrusos es acceder a nuestro navegador web con nuestra IP, 192.168.l.l.
Allí podremos cambiar la contraseña o el nombre de la red, de modo que quienes se quieran conectar deberán conocer esta nueva clave.
Como inconveniente encontramos que todos los dispositivos que teníamos conectados deberán actualizar su clave si quieren continuar disfrutando de la Wifi. Por otro lado, habremos conseguido librarnos de los dispositivos hostiles.
Otra opción muy recomendable es aplicar un filtro, la conocida MAC filter. MAC significa Media Access Control y es un medio para controlar quiénes pueden acceder a nuestra red mediante la creación de lista de invitados o intrusos.
En otras palabras, la MAC nos brinda la posibilidad de elaborar listas con los aparatos que se pueden conectar, o bien, hacer lo contrario, es decir, crear una lista con los dispositivos que no se pueden conectar en el caso de que conozcamos al intruso.
Es un método muy seguro, pero con el inconveniente de que para conectar algún nuevo aparato tendríamos que volver a la zona de configuración e insertarlo, lo cual nos llevaría tiempo y puede resultar un tanto incómodo.
Tener los puertos correctamente configurados es otra opción importante a la hora de hacer ajustes de seguridad. Los puertos son los puntos de entrada y salida de datos. Debemos evitar la entrada de datos no deseados, para ello, lo mejor es que aquellos que no usemos permanezcan cerrados.
Si usamos el UPnP (Universal Plug and Play) debemos tener cuidado. Si entramos en foros en los que se hable de videojuegos y los problemas que genera su conexión a internet, seguramente estemos familiarizados con él.
Es un protocolo que ayuda a que se abra de forma automática el puerto cuando hay conexión entre dos dispositivos compatibles entre sí. Por otro lado, conlleva el problema de que podría permitir la entrada de virus porque se salta el protocolo básico de seguridad.
La NAT (Network Address Translation) o traducción de direcciones de red es un buen recurso para trabajar con los puertos. A través de la NAT podremos trabajar con el intercambio de paquetes de datos que, en principio, no son compatibles entre sí.
Gracias a este protocolo podemos hacer que varios equipos se conecten bajo una misma IP. NAT ha contribuido de forma importante al ahorro de direcciones en internet, del mismo modo, también facilita la administración de redes.
El QoS (quality of service) es un protocolo que nos ayuda a elegir qué tipo de datos son prioritarios dentro de una red. Imaginemos una casa en la que están conectados varios dispositivos y cada uno se usa para algo distinto, es decir, cada uno descargará diferentes tipos de paquetes de datos.
Para evitar que en caso de que la red quede saturada de capacidad y no podemos descargar lo más importante, a través del QoS, podemos elegir cuál de esos paquetes es prioritario y, de este modo, se descargará antes que los demás evitando el problema de saturación.
Resolución de problemas
Esta es una parte muy importante, por ello es muy recomendable haber leído el manual. Estar familiarizado con los conceptos y la interfaz del menú de configuración nos resultarán de gran ayuda a la hora de resolver muchos conflictos.
El manual viene junto con el router, en caso de haberlo perdido siempre lo podemos descargar de internet, donde, además, podremos encontrar una gran cantidad de otros materiales de apoyo, desde vídeos de especialistas y otros creados por la propia marca del router hasta los foros, llenos de información útil, y en los que podremos hacer cualquier tipo de preguntas a la comunidad.
Con tantos recursos en línea se hace bastante fácil adquirir conocimientos básicos para resolver la mayoría de problemas. La solución en casi todos los casos pasará por entrar al menú de configuración con nuestro código 192.168.l.l.
También es posible que nos encontremos con problemas más difíciles de resolver para los que sea necesario un conocimiento avanzado.
En esos casos, si nos sentimos con confianza podemos arriesgarnos. De otro modo, la compañía cuenta con un servicio de atención al cliente y acceso telemático. Si es necesario enviar a un técnico tampoco será un problema.
El módem cuenta con un botón reset en la parte trasera. Si lo dejamos pulsado durante más de diez segundos, volverá al estado de fábrica, con las configuraciones, nombre de usuario y contraseña predeterminados.
Antes de intentarlo de esta forma debemos tener en cuenta que perderemos todas las configuraciones realizadas.
Como habéis podido ver existen muchos recursos para conseguir una óptima configuración de nuestra IP y aumentar la seguridad. Vale la pena adquirir unas nociones básicas sobre los menús configurables.